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Feng Shui Tradicional - Carlos Sosa

La energía de los ambientes

 

 

La energía de los ambientes

 Por Carlos Sosa

 

 

Podemos esmerarnos barriendo y aspirando nuestra casa, usando el limpión y productos desinfectantes a diestra y siniestra, brillando el piso con las mejores ceras, pero aquella negatividad energética permanecerá.

 

 

Absolutamente todo lo que se evidencia en el mundo físico visible tiene su contraparte en la dimensión energética no visible, es decir, todo objeto sensible mediante nuestros  sentidos materiales está insuflado de energía vital ; por buscar una aproximación conferiremos que incluso los objetos inanimados están “cuasi vivos”  y dentro de los límites conferidos por su estado vibratorio1 pueden interdialogar con nosotros y desvelar mucha información. Para aclarar esta aseveración indicaremos que las personas iniciadas en la psicometría, por ejemplo, al sostener una prenda perteneciente a una persona desconocida y en base a ciertos parámetros vibratorios pueden dibujar un perfil sumamente aproximado de su propietario, de hecho adquiere razón, la costumbre preciada de poseer objetos de ilustres personas para por “contagio” heredar algo de su matriz energética. Los procesos de purificación -por regla general- pretenden que los ambientes y objetos accedan a niveles de energía más refinados, este trabajo se complementa magníficamente con las técnicas del Feng Shui,  ya que al manipular energías “lavadas” y encausarlas apropiadamente la resultante final es un entorno propicio para la prosperidad en el amplio sentido de la acepción, por ello insistiremos que el sitio de trabajo y especialmente nuestro hogar -su forma, disposición, objetos, colores- se constituye en un espejo real de nuestra interioridad y tiene un efecto contundente sobre el triunfo o fracaso futuro, a pesar de que en primera instancia la razón riña con este enunciado; cuando nos sentimos anclados en algún aspecto de la vida la solución       empieza revisando minuciosamente nuestro hogar y procediendo a quitar los obstáculos y relajar el ambiente.

Podemos ufanarnos en grado superlativo barriendo y aspirando nuestra casa, usando el limpión y productos desinfectantes a diestra y siniestra, brillando el piso con las mejores ceras, pero aquella negatividad energética permanecerá. En realidad existe energía perniciosa a otros niveles dimensionales pero que puede abatir nuestro medio, por ejemplo, creando atmósferas siniestras y tortuosas que alimentan las discusiones, resquebrajan las relaciones, reverberan las tensiones y en general auspician accidentes y enfermedades. En predios asentados en el campo las purificaciones podrían ser más espaciadas que respecto a solares urbanos, generalmente se habla de uno a tres meses respectivamente. Estos rituales barren en realidad la negatividad “natural”, restaurando el “home sweet home”, ya que en casos aislados de negatividad canalizada intencionadamente se necesitará confiar a otros procesos y manos  profesionales. No olvidemos que por nacimiento poseemos una armadura energética para repeler agresiones indeseadas que podrían presentarse por excepción, ante todo una actitud positiva y llena de fe en nuestra potencialidades  nos ayudará,   sobre todo siguiendo el sendero de la vida sin dejar deudas morales pendientes.

Un edificio almacena  el caudal energético que se ha suscitado en el entorno, todo queda archivado en sus paredes, en el techo, en los muebles y en los demás objetos en general, incluidos los seres vivos, de allí que patrones, actitudes y emociones suelen repetirse en la edificación. Este residuo energético suele acumularse en las esquinas que forman ángulos, debajo de las camas, sótanos, armarios ; justamente la mayor sensibilidad de los niños registra estos eventos         mediante una actitud de temor. Por ello, ciertas culturas prefieren las construcciones circulares, forma esta que permite el desplazamiento del chi (energía) con mayor facilidad. Imaginémonos a nivel físico si habitáramos una casa desaseada, llena de polvo, basura, telas de araña, maloliente; así, a nivel energético prácticamente deambulamos en una cloaca, urge entonces que el barrido físico se complemente con un proceso de purificación a este nivel. Cotidianamente ,a nivel personal se genera mucha basura psíquica que debe ser retirada, vibraciones negativas que son enviadas -hoy especialmente- desde la famosa pantalla chica a través de sus grotescos programas embadurnados de violencia, pornografía e inmoralidad.  Recordemos   que cuando adquirimos objetos usados estos mantienen vestigios de energía de su anterior dueño, resultando también acertado purificarlos. Lastimosamente, casi la totalidad de edificios y residencias, en virtud de su arquitectura, obstaculizan el fluir y acumulan energía sucia, además de la mala disposición de muebles y objetos, aquella ceremonia de la religión cristiana -para quienes practican esta confesión- es un buen ejemplo de cómo al bendecir una casa, a nivel microvibratorio se despejan energías indeseables, tal que la vivienda luzca como en el primer día.

 

Si deseas aprender a limpiar energéticamente tus propios espacios te invito a leer el Libro de Feng Shui “Casas con Alma, paredes con memoria (Autor: Carlos Sosa), disponible en las librería en Venezuela y en versión digital para el resto de los países.

 

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1 comentario

César A. Molina -

Gracias¡¡ Gracias¡¡ quiciera que me guien sobre la limpieza energetica de los ambientes y personales.Feliz año 2013 con mucho Amor¡¡¡¡......